8/11/11

Hecha la ley, hecha la trampa

En el año 2004 fue aprobada la ordenanza municipal 7630 que prohibió la venta de alcohol nocturna en quioscos y minimarquets. El objetivo de la normativa, según lo plantea el estatuto de la misma, era disminuir el consumo y garantizar mayor seguridad. Ninguno de estos dos ejes se logró cumplir ya que en los últimos cuatro años el consumo de alcohol en los jóvenes rosarinos se incrementó un 30 porciento y la inseguridad sigue al pie del cañón.
Más allá de las falencias en sus cometidos, la mayor contradicción es que la puesta en marcha de la ordenanza abrió camino al delito policial. Según lo describe el Código de Faltas y la ley que regula la comercialización, la Guardia Urbana municipal y el Comando Radioeléctrico son los encargados de verificar y controlar que no se realice la venta de alcohol nocturna. La realidad es que ocurre un hecho contrario, los oficiales reciben coimas a cambio de silencio, de ceguedad y complicidad o en su defecto ni siquiera realizan los controles. Esto es lo que intenta demostrar este trabajo investigativo, desarrollado en un marco geográfico  de la zona centro de Rosario. 
Entre las fuentes consultadas admitieron conocer la existencia de venta de alcohol nocturna y en determinados casos la aparición de coimas policiales. Daniela León, concejala por el bloque de la Unión Civica Radical votó en contra de la ordenanza en el año 2004 y hoy después de siete años sostuvo sus fundamentos. “Fue el famoso proyecto de Agustín Rossi que se denominó la Ley Zeca en Rosario.  Yo di el quórum para que se debata porque me parecía que era un tema que había que discutir pero no la voté porque en realidad no resuelve el problema de la adicción y de la discriminación que sienten algunos jóvenes de la ciudad y de la brecha que se abre cada vez más entre jóvenes de distintos accesos o distintas posibilidades a la hora de divertirse”, declaró León. Además explicó que la reglamentación tampoco solucionaba el problema ya que se podía vender en bares americanos y deliverys.
Para trabajar sobre esta nueva modalidad, "bar americano", se consultó a Marcia Malugani, empleada de un maxi quiosco que se convirtió en bar americano para poder seguir comerciando alcohol fuera del horario reglamentario. El negocio se encuentra en San Juan entre J.M. de Rosas y Primero de Mayo y además de vender alcohol dentro del local realiza un servicio de delivery sin estar habilitado como tal. Marcia confesó que fueron sometidos a una inspección que concluyó en un cierre momentáneo del comercio, en esta oportunidad no los clausuraron ni tampoco les quitaron la mercadería, como le exige la ley. Marcia describió un dialogo con la inspectora: "la mujer de la municipalidad me dijo ´si yo te llego a clausurar ahora, la tercera vez no lo abrís mas. Yo te voy a hacer un cierre, no una clausura´, porque si no nos ponían la faja y no podía entrar ni el dueño con la llave. Recordó que también le dijo: ´Yo te voy a hacer un favor, porque si no la tercera vez no lo abrís´". 
Desde otra perspectiva, Rosa Mangiarelli, dueña de un comercio que vende alcohol fuera del horario reglamentario confesó haber tenido que pagar coimas y reveló la manera en la que los comerciantes logran evadir la ley. Mientras del lado opuesto, Guillermo Ruiz Díaz, ex Jefe del Comando Radioeléctrico y actual Comisario de la seccional la Cuarta,  admitió que la policía actual no tiene ni tiempo ni personal para realizar los controles y se justificó diciendo: “La policía en su creación está para combatir el delito pero estas son faltas, son faltas que operan en el ámbito de convivencia”. Con respecto a la existencia de un circuito de corrupción Daniela León explicó: “Se habilitó la venta ilegal, fuera de la normativa y eso presta todo un circuito de corrupciones. El inspector al que le pagan la famosa coima, el dueño del negocio que tiene que estar coimeando al inspector, a la policía. Entonces, desde ningún punto de vista se resolvió el problema. Por eso planteé que era una norma completamente hibrida y que iba a traer nuevos problemas que son los que hoy tenemos”.
Guillermo Ruiz Díaz, no dijo con palabras explicitas que conocía la existencia de coimas pero a lo largo de la entrevista dejó claro que puede suceder que el comerciante le ofrezca dinero al policía para ocultar la venta cuando ocurre algún hecho de violencia por excesos e alcohol dentro de su local. Explicó también que hace 22años atrás, durante la transición a la democracia el tema de la “cometa”, tal cual la definió, era mayor porque el ciudadano no conocía las leyes y que hoy es más complicado, porque el policía muchas veces se enfrenta a abogados y es a ellos a quien le piden una moneda.
Al parecer a ambos el tema de la ley seca los retorna a pensar en la última dictadura militar argentina, Daniela León manifestó: “Tenemos muchos años de dictadura en la historia, sabemos lo que ejerce desde el punto de vista psicológico y de las conductas, la prohibición y después de 20 años de democracia creemos que prohibiendo se resuelve el problema. La verdad que es un retroceso en materia legislativa.” Una ley que no logró sus objetivos, abrió camino a la corrupción y a la creación de nuevas normativas de ventas. En vez de disminuir el consumo, aumentó y son cada vez más jóvenes quienes comienzan a adoptar esta costumbre. Una vez más las leyes muestran sus falencias.